Comida, ropa, electrónica, decoración…No importa. Cuando nuestro cliente recibe su producto, lo primero en lo que se fijará será en el packaging o embalaje.

Y como suele decirse, la primera impresión es la que cuenta. ¿Acaso irías a una entrevista de trabajo desaliñado o en chándal? El envoltorio es lo mismo, nuestra carta de presentación de la marca y como tal, es fundamental cuidar (y mucho) su imagen.

La función inicial del packaging no era impresionar, sino preservar el producto y protegerlo para evitar que se estropeara al transportarlo. Pero esto ya es solo de la vieja escuela, los tiempos cambian y el embalaje se ha convertido también en parte de nuestra estrategia publicitaria y en el reflejo de nuestra imagen de marca.

Si nos queremos diferenciar del resto, el packaging es mucho más que el lugar donde colocar un producto, es una oportunidad para llamar la atención y sorprender al cliente.

Y no lo decimos nosotros. Lo avalan numerosos estudios de marketing sobre los hábitos del consumidor y su experiencia de compra. El usuario invierte una media de veinte segundos para mirar los productos colocados en la estantería y ocho segundos para decidir cuál escoger. Y en este caso, el exterior sí importa y se deja llevar por las sensaciones que le transmite el envoltorio con su diseño, sus colores, tipografía o gráficos más que por la calidad real del propio producto.

Así que si eres un ecommerce o un pequeño negocio, estate muy atento. Si escoges un buen packaging podrás conseguir aún más ventas y enganchar a tu público más deseado.

Cómo elegir un packaging de diez…

El packaging: cuando el exterior sí importa

  • Identificación con tu marca

¿El packaging es coherente con la imagen de tu empresa? ¿Es sencilla, elegante, clásica, moderna o sostenible? Si por ejemplo tu marca es respetuosa con el medioambiente, no tendrá ningún sentido (y será un gran error) que el envoltorio esté hecho con materiales que no sean biodegradables o reciclados. El embalaje debe trasmitir los valores de tu marca y basarse en todos los elementos de tu identidad corporativa como el color, la fuente tipográfica, el logotipo…

  • Información sobre el producto

Algunos clientes se fijan más en la información del producto que se encuentra en el packaging que en el propio diseño, como su etiquetado, los ingredientes que contiene, las propiedades o las características del mismo. Esto ocurre sobre todo en artículos de alimentación, ecológicos, dietéticos o de tecnología o electrónica.

  • El packaging también es ecológico

La tendencia de lo ecofriendly es ya más que una moda. Ha llegado para quedarse y en el packaging, también. Es importante utilizar materiales reciclados, biodegradables y en definitiva, respetuosos con el medioambiente.

Unas cajas de cartón con un diseño atractivo puede ser la opción ideal para tu producto. Despídete de aquellos envoltorios de plástico que a su vez estaban envueltos en más y más plástico…No, gracias

  • Experiencia positiva: más que un envase

Haz sentir a tu cliente especial y único. Con el packaging puedes demostrarle que no sólo te preocupa la venta, sino que cuidas los detalles y buscas una experiencia positiva en el consumidor.

Demuéstrale que has hecho un esfuerzo adicional y has pensado mucho en diseñar un envoltorio bonito y funcional. Por ejemplo, aporta un valor añadido a tu envase con un sistema de apertura fácil o de cierre…E incluso plantéate un doble uso incluyendo juegos en el envase o que pueda ser utilizado para guardar otros alimentos en la cocina, por ejemplo.

¿Qué te han parecido estos consejos? ¿Los sigues? ¿Añadirías alguno más? ¡Cuéntanos!